La campaña de nieve de las estaciones de esquí de la provincia de León afronta un complicado panorama este año. Según denuncia el Grupo Popular en la Diputación de León, dos de las empresas adjudicatarias han renunciado a su contrato, dejando desiertos cinco de los seis lotes previstos para el programa, lo que supone un importante revés para la institución.

A los retrasos con las aperturas de cafeterías sufridos al inicio de la temporada, solo resueltos parcialmente puesto que a día de hoy casi dos meses después del inicio oficial de la campaña todavía permanecen cerrados el hostal Pico Agujas y la cafetería de Salencias, se suma ahora este nuevo problema. La situación afecta directamente a más de 7.000 escolares y pone en jaque la actividad de las escuelas de esquí concesionarias, que dependen de estas campañas para generar empleo y mantener su operatividad.

La renuncia afecta tanto al Sistema Diario como al Sistema Semanal, que organiza la presencia de estudiantes en las estaciones. De los seis lotes previstos, solo uno se mantiene en San Isidro bajo el Sistema Semanal, mientras que los demás están en el aire, particularmente en Leitariegos, donde no hubo más empresas interesadas en el concurso. Esto deja a la Diputación en una posición difícil, con la necesidad de encontrar soluciones inmediatas para garantizar la continuidad del programa.

Además del impacto en los escolares que perderían su oportunidad de participar, la falta de actividad tiene consecuencias directas para las escuelas de esquí concesionarias. Sin los ingresos generados por las clases a los grupos escolares, las escuelas ven comprometida su estabilidad económica en un año que ya presenta dificultades por las condiciones meteorológicas adversas y la apertura intermitente de las estaciones. Los monitores, muchos de ellos dependientes de estas campañas, podrían enfrentarse a una temporada con menos empleo del previsto, lo que a su vez impacta en el tejido económico de las zonas donde operan.

Ante esta situación, la Diputación no solo debe resolver el problema con urgencia, sino también plantearse un plan integral de modernización de las estaciones de esquí y una nueva estrategia de gestión público-privada. Este modelo permitiría garantizar la viabilidad de las campañas y atraer a empresas interesadas en colaborar a largo plazo.

La renuncia de las adjudicatarias pone de manifiesto, una vez más, la dificultad de una diputación para gestionar eficazmente los recursos relacionados con la nieve, actuando como una administración tradicional con sus consabidos procesos burocráticos en lugar de adaptarse a las exigencias de un sector que demanda agilidad, flexibilidad, inversión y profesionalización. Solo con un enfoque renovado será posible asegurar el futuro de estas instalaciones y el impacto positivo que tienen en la economía y el desarrollo de las comarcas de montaña.