San Isidro suprime la venta de abonos anuales y forfaits de días alternos
Después de que el pasado sábado la estación se viera obligada a interrumpir la venta de forfaits en taquillas para evitar una saturación en pistas tras alcanzar por primera vez el aforo máximo establecido en los protocolos de seguridad, San Isidro ha adoptado varias medidas para la correcta ejecución del plan anticovid.
Entre otras, figura la supresión de venta de los forfaits anuales y de días alternos, así como la suspensión de la venta en taquilla de los forfaits de día cuando se llegue al aforo máximo permitido como ocurrió el sábado 16 de enero.
En los sistemas de control de los que dispone la estación se numera a toda persona que pasa por los tornos y se pone en relación con las cifras de ventas a tiempo real. Cuando se cruzan estos datos y se observa que faltan entre 400 y 500 para alcanzar el cupo máximo es cuando se coloca el cartel de no hay billetes, en previsión de la posible llegada de usuarios con forfaits de varios días o con abonos anuales.
Aforos máximos y control para evitar aglomeraciones
El aforo para esta campaña marcada por la pandemia, se ha fijado en 3.305 usuarios aunque este criterio es flexible y se adaptará en función de la oferta y las condiciones particulares de cada jornada. El fin de semana pasado el aforo máximo fijado fue de unos 2.200 usuarios al momento de suspenderse la venta.
Según la directora de San Isidro Olga Álvarez, teniendo en cuenta que el pasado sábado aún se podía acudir a la estación desde cualquier punto de Castilla y León, lo que ocurrió «era algo previsible. Tenemos mucha nieve, hizo además un día espectacular y la gente lo aprovechó. Si a eso le sumas las últimas restricciones por la COVID-19, el resultado es que llegamos a nuestro tope máximo».
Los más de 2.000 aficionados que lograron acceder aquel día a las pistas tuvieron a su disposición 17 kilómetros esquiables con espesores de nieve que iban desde algo más de un metro a casi tres. Los más de 30 kilómetros disponibles habitualmente quedaron recortados debido a que los remontes de Onofre y los de Riopinos no estaban operativos. El primero por riesgo de aludes y los segundos porque no se encontraban abiertos los accesos por carretera.
Olga Álvarez señaló que, pese a la decepción que supuso para muchos no poder esquiar, la jornada transcurrió con toda normalidad. «Todo estuvo bien coordinado y contamos además con la colaboración de efectivos de la Guardia Civil del Greim. Toda la gente que vino actuó con responsabilidad y, de una manera u otra, disfrutó de un gran día en San Isidro».