Algunos exportan productos, otros prefieren los servicios... Ellos, en cambio, intentan vender en el exterior su deporte. Son quince amigos que comparten la pasión de surfear en la nieve y desde hace dos años viajan por el mundo filmando sus hazañas en las hoyas. Todos coinciden: quieren vivir exclusivamente del snowboard, y la mejor manera de difundirlo es mediante las imágenes. Por eso, cada vez que salen con la tabla, lo hacen con tres cámaras. "Es una oportunidad para que nos conozcan en el exterior", explica Matías Radaelli, de 19 años. En cada competencia o demostración se turnan con la filmadora; la casa de Matías (en Bariloche) es la isla de edición: eligen los mejores saltos y después musicalizan.
La excursión infaltable es surfear fuera de pista: suelen caminar más de dos horas para encontrar el lugar ideal donde la nieve virgen es la protagonista. Con palas especiales, pasan otro tanto ideando las rampas. Y después a saltar y hacer trucos. La disciplina: freestyle, estilo libre.
Desde abril hasta octubre compiten y participan en demostraciones en el país; el resto del año viajan por Europa (Andorra, Francia e Italia) y los Estados Unidos (Colorado). Cuando están en el exterior, trabajan en forma temporaria para afrontar los gastos. Pero los sponsors comenzaron a darles apoyo: Sprite, Black Hole y No Code, por ejemplo, le dan a Matías indumentaria y tablas.
Los quince son instructores, pero tratan de no dar demasiadas clases. "Nos quita tiempo y nos aleja del profesionalismo", dicen. Así hacen del snowboard un estilo de vida propio: tienen entre 18 y 20 años, usan pantalones holgados, viajan por el mundo, escuchan música punk y comparten la misma pasión.
Fuente,La nacion