Snowfarming, un método que permitiría abrir San Isidro desde diciembre
Las estaciones leonesas de esquí podrían dejar de mirar al cielo cada temporada y lograr abrir sus instalaciones en la fecha prevista, aunque no hubiera caído un copo, con un método sencillo que ya usan otros países europeos y que se ha bautizado como snowfarming. Se trata de guardar la nieve en una especie de granjas para poder reutilizarla tras el verano.
De ese modo, San Isidro y Leitariegos conseguirían esparcir un manto blanco ya en noviembre, sin tener que depender de la caprichosa meteorología, ni esperar a las ansiadas precipitaciones o a que las temperaturas bajas permitan fabricar nieve. El leonés Emilio Martínez Mata, elegido como el mejor deportista de la provincia en 1972 por sus logros sobre dos tablas a nivel nacional e internacional, propone recurrir a ese sistema para salvar, sobre todo, el inicio de temporada en las estaciones.
De hecho, los beneficios serían cuantiosos para ambos enclaves invernales, además de para los aficionados al esquí, los hoteles, albergues, bares, restaurantes y escuelas que viven del turismo blanco. Como dato, en la irregular campaña pasada, las instalaciones estuvieron cerradas el 43% de los días del calendario oficial por falta de nieve, lo que generó unas pérdidas de casi dos millones de euros y desplomó sus ingresos un 40%. En concreto, San Isidro hizo una caja de 1,2 millones (frente a los 1,9 de otros años) y pudo abrir 83 de las 148 jornadas de la programación, mientras Leitariegos embolsó 600.000 euros, con una merma similar, y estuvo activa 88 días.
La técnica del snowfarming consiste en reunir grandes pilas de nieve durante el invierno, y taparlas luego durante el verano con lonas fabricadas con telas especiales que repelen el calor, aunque el serrín también da buenos resultados. Se calcula que se puede llegar a conservar entorno al 75% de la cantidad guardada. La ciudad rusa de Sochi ya almacenó parte de la nieve que cayó en el invierno de 2013 para asegurarse algunas instalaciones en los Juegos Olímpicos de 2014; y Finlandia acumuló 15.000 metros cúbicos de nieve para garantizar un mínimo de 5 kilómetros en una prueba de esquí de fondo. En Davos (Suiza) esta técnica la llevan poniendo en práctica desde 2008, al igual que en la estación francesa de La Clusaz, la sueca de Ulricehamm o Otepaa (Estonia), que han conservado 6.000, 13.000 y 10.000 m3 respectivamente.
Son ejemplos de climatología más fría que León, pero Martínez Mata recuerda que el snowfarming funciona con éxito desde hace diez años en una pequeña estación (de Biathlon en Ruhpolding, Alemania), situada a 700 metros de altitud, y con temperaturas que superan los 30 grados en verano, como en la provincia. Consiguen abrir a principios de noviembre, a pesar de que los cañones todavía no pueden funcionar con las temperaturas y ya han construido un depósito mejor, con paredes de hormigón, que se va llenando durante el invierno con dos cañones de nieve, las posibles nevadas y aportes de nieve sobrante. Parte se derrite, pero sólo un 20-30%. La otra ventaja es que la densidad de la nieve que queda es muy elevada, más que la de cañón, por lo que ha demostrado un buen aguante al extenderla sobre pistas.
Guardar la nieve en depósitos cubiertos con aislantes y mantas, o bajo serrín, puede dar autonomía a las estaciones leonesas a la hora de abrir sin esperar a que el tiempo sea el adecuado o caiga la nevada que permita pisar pistas. León ya ha perdido un mes casi y medio de temporada por carecer de alternativas viables a la falta de nieve. Una cuestión que, según Emilio Martínez Mata, puede solventarse con este ingenio.
Fuente: Diario de León