07/04/2024 A LAS 08:55 H

Un gigante leonés se pasea por la élite del esquí alpino

Guillaume Grand en una carrera de gigante en los Alpes.
Guillaume Grand en una carrera de gigante en los Alpes.

De familia campeona, asegura que confía más en el trabajo duro que en la genética. Así es Guillaume Grand, un esquiador francés de 20 años y con ascendencia leonesa. Pasa parte del verano en Lario, situado en la montaña oriental, de donde es su madre, Olga Fernández Maraña, también campeona en el esquí.

Grand emula a sus progenitores, ambos grandes esquiadores de nivel hace unos años, quienes le transmitieron la pasión por el deporte blanco desde que era muy pequeño. Su madre confiesa que comenzó a deslizarse sobre la nieve de La Plagne (Alpes franceses) nada más andar y que siempre le enseñaron a querer mucho el deporte y el esquí en especial. A pesar de ser un chaval como otro cualquiera, el deportista de Lario conoce bien el éxito deportivo, puesto que ha sido campeón nacional en su país y campeón del mundo escolar, a una edad temprana, a los 14 años. Recuerda especialmente el primero de ellos, momento en el que venció en su casa de La Plagne y demostró toda su valía.

Guillaume recuerda estas victorias con satisfacción, pero no por ello le falta honestidad, todo lo contrario. Sus recetas para llegar a lo más alto son el trabajo duro y una gran motivación. No tiene ídolos, pero sí referentes como Bode Miller, Marcel Hirscher o Aksel Lund Svindal, unos de esquiadores más relevantes del panorama internacional. Le gusta ver las mejores bajadas de cada deportista y aprender de ellos. Tanto dentro como fuera de la nieve admira a sus padres, quienes han llegado al mas alto nivel y no sólo espera poder imitarles, sino, incluso, llegar a hacerlo mejor que ellos.

La pasada temporada fue óptima en términos generales para el esquiador, quien recuerda que «al principio resultó muy buena, puesto que hice dos podiums (segundo y tercero) en carreras F.I.S., y con esas marcas fui a otras competiciones donde quedé cuarto y séptimo».

Estos buenos resultados de inicio de temporada llevaron al francés a las primeras Copas de Europa del 2013 —lo que se podría considerar la segunda división del esquí— y, aunque no consiguió entrar entre los 30 mejores de esta categoría, le sirvió para ser consciente del nivel que requiere la alta competición. Tras haber consilidado su presencia, con diez carreras junto a los mejores europeos de su edad, Grand revela que «notaba que cada vez lo hacía mejor».

Ante estos resultados, el especialista en las disciplinas de slalom y gigante, tiene unos objetivos muy claros y consolidados: «Para el año que viene me planteo entrar entre los 30 primeros de la Copa de Europa e intentar hacer las primeras Copas del Mundo», máxima categoría del deporte invernal. Cree que no le veremos en los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Sochi (Rusia) el próximo 2014, aunque quizá esté listo para triunfar cuatro años después, en 2018.

Desde Lario, donde pasa parte del verano, afirma que está «dando todo para poder hacer una temporada perfecta». Este esfuerzo, sumado a que «se encuentra muy bien psicológicamente», facilitan su tránsito hacia el éxito, porque —recuerda— que el triunfo depende de pequeños detalles con respecto a sus más directos competidores y que, en la élite, la presión es otro factor clave puede llegar a marcar mucho el ritmo del año.

Para lograr todas estas metas ha tenido y tiene que trabajar muy duro. Después de un intenso invierno, se ha ido a entrenar a los glaciares de Europa y, apenas pasa unos pocos días por la montaña leonesa.

Las mejores condiciones para entrenar sobre el manto blanco en la época estival se encuentran en el hemisferio sur y allí es a donde se ha dirigido, a los Andes chilenos para disfrutar del invierno austral y ultimar su preparación de cara a las próximas pruebas.

«En los días de pretemporada tenemos bloques de entrenamiento físico y de esquí y nos levantamos muy pronto para encontrar la nieve en el mejor estado posible. Después volvemos al hotel, solemos dormir la siesta y hacemos preparación física con el equipo por las tardes. Durante la temporada no paramos mucho en casa y entrenamos en varias estaciones, no sólo en una, para buscar las mejores condiciones y que sean similares a las que después nos encontraremos en las pruebas; queremos pistas muy duras y heladas», recuerda.

«En las carreras hacemos una reunión el día anterior, donde nos dan los dorsales y los entrenadores, que tienen mucha experiencia, nos dicen como es la pista y luego lo pensamos y lo memorizamos. Al día siguiente nos levantamos concentrados y todos los del equipo tenemos un rito antes de llegar a la salida». Así es para el de Lario una jornada al más alto nivel. La alimentación también es un asunto delicado para él, puesto que tiene que cuidarse de «no ir al McDonalds todos los días, mantener una higiene de vida y no tomar muchos refrescos, caramelos o cosas por el estilo» que puedan perjudicar su condición física.

Grand obtiene alguna ayuda de la Federación francesa y de sus principales patrocinadores, las marcas Rossignol, Swix y Uvex. «Las marcas me dan todo el material desde siempre, por lo que les estoy muy agradecido», confiesa. Todo ello y su pasión por el esquí hacen no importarle dedicarse en un futuro, una vez acabada la competición, a entrenar a futuras promesas de este deporte o estar vinculado de alguna forma a las firmas deportivas.

Conoce bien a algunos esquiadores españoles, como Paul de la Cuesta, Ferrán Terra o Pol Carreras, este último, amigo suyo, que se dedica a la misma especialidad y en ocasiones comparten jornadas de entrenamiento, como las que llevan a cabo estos días de finales de agosto en Sudamérica.

La mejor deportista de invierno de todos los tiempos en España, María José Rienda, también es un referente para el francés, puesto que ha tenido mucha amistad con su madre y se conocen muy bien. Aunque de momento representa a Francia, no descarta correr por España en un futuro si ve que está muy motivado y que no puede seguir representando a su país natal.

Lario, un tatuaje vikingo

A pesar de no poder pasar mucho tiempo en Lario, lo conoce bien y tiene muy arraigadas sus raíces en la montaña leonesa, hasta el punto de que lleva una inscripción con el nombre del pueblo en vikingo en su brazo izquierdo. De hecho, su familia relata que, él y su hermana Meggane, una vez que llegan a León no quieren ni oir hablar de salir del pueblo. Los principales vínculos que encuentra en la tierra materna son su familia, amigos y el torneo de fútbol sala que se disputa cada año.

Su relación con los leoneses es muy buena y confiesa que sus amigos de España le ven todos los veranos. «Voy de fiesta con ellos y estoy mucho más tranquilo y más descansado», relata. Ellos saben que hace mucho deporte y no les sorprenderá sí cualquier día le ven triunfar en lo más alto.

Fuente: Diario de León
Autor: Pelayo Lobo Conty

logoweb-bottom__452x78.png
Web de la Estación Invernal y de Montaña San Isidro
Alto Porma - Alto Curueño (León).
Teléfono de emergencias: 112
Seguridad en montaña: Canal 7-7 PMR

APP SAN ISIDRO

Disponible en App Store
Disponible en Google Play
logoweb-bottom__452x78.png
Web de la Estación Invernal y de Montaña San Isidro
Alto Porma - Alto Curueño (León).

APP SAN ISIDRO

Disponible en App Store
Disponible en Google Play

SÍGUENOS

© San-isidro.net 1999/2024 - Web desarrollada por Visuair Multimedia S.L.
© San-isidro.net 1999/2024 - Web desarrollada por Visuair Multimedia S.L.
Sin conexión a Internet