07/04/2024 A LAS 08:55 H

Descenso de cañones, una actividad apasionante

Recorrer lugares inaccesibles y de gran belleza. Descender barrancos combinando técnicas de montañismo y espeleología con paseos por el agua y algo de aguas vivas cuando el nivel de agua es alto. Bajar un cañón es sentir la Naturaleza.

El descenso de cañones es una actividad con historia. Existen referencias de que los franceses ya se dedicaban al descenso de sus cañones a principios del siglo XX. Fueron ellos quienes descubrieron las posibilidades de la Sierra de Guara (Huesca) y ayudaron a que el canyoning se convirtiese en uno de los deportes de aventura con más adeptos.

Indudablemente, los pioneros de esta actividad fueron los espeleólogos, que utilizaban los cañones para sus entrenamientos, aunque con el tiempo se fueron adaptando técnicas más relacionadas con el alpinismo. Fue durante la década de 1970 cuando se desarrolló propiamente la técnica del descenso de cañones.

En 1980 los fabricantes de equipos de escalada vieron el futuro de este deporte y empezaron la fabricación de material específico. Actualmente todavía no existe ningún reglamento de competición.

El descenso de barrancos o cañones, también denominado barranquismo o canyoning, es una de las actividades que se practican cada vez más en la zona alta de la montaña. Consiste, como su nombre indica, en descender a lo largo de los tajos naturales que hay en la montaña, producidos, casi siempre, por la erosión del agua.

Este deporte de aventura exige un buen conocimiento de técnicas especiales de descenso como el rápel en cascadas de agua y también un buen conocimiento del comportamiento dinámico del agua. Andar, nadar, saltar o sumergirse bajo las aguas de los sifones completan esta actividad tan variada.

Las actividades de barranquismo requieren de un guía que ayude a colocar bien los anclajes y las cuerdas para hacer el deslizamiento por verdaderas paredes. Los monitores o guías serán los encargados de una correcta utilización del material y de velar por nuestra seguridad.

Técnica necesaria

Descendiendo una cascada en tirolina. Foto: rover0 (Flickr).

La técnica empleada en cañones proviene de la escalada, la espeleología y las aguas bravas. Caminar será la forma de progresión que más utilizaremos. Hay que andar con cuidado, pues las rocas son muy resbaladizas y no siempre veremos dónde ponemos los pies.

El descenso se realiza caminando hasta encontrar un desnivel de altura considerable que exija el uso de alguna de las técnicas especiales de progresión: rápel, salto o tobogán. Para rapelar en seco se coloca una cuerda en doble, sujeta a un anclaje y pasada por la mitad. Nunca debe pasarse directamente por los anclajes, a menos que tengan anillas.

Se lanzan los dos extremos de la cuerda hacia abajo y se desciende por ella. Esta técnica requiere el uso de un arnés de cintura y un descendedor. El más utilizado es el ocho, una pieza de aluminio con forma de ocho por donde pasa la cuerda y que mediante el rozamiento que produce al descender, ralentiza la bajada.

Los rápeles mojados (con cascada de agua) requieren técnicas especiales, pues es muy fácil tener un percance bajo el chorro de agua, con peligro de ahogarse. Por ello es bueno contar con el apoyo de un guía profesional para los barrancos con mucha cantidad de agua.

Si la recepción es, por ejemplo, una poza de agua suficientemente profunda, se puede saltar. Debe hacerse de pie, nunca de cabeza, encogiendo un poco las piernas en el momento del impacto, para luego nadar si es posible. Es aconsejable vigilar con la mochila en los saltos de más de 3 o 4 m, pues podría golpear la cabeza.

Si las paredes están muy juntas, se puede hacer una transición u oposición, una forma de destrepe ideal para zonas estrechas que consiste en descender apoyando las manos y la espalda en una pared y los pies en la otra.

Puede ser que nos encontremos con lo que se denomina caos, una aglomeración de rocas de diferentes tamaños, causada por desprendimientos y por la que circula el agua. Es un paso delicado que no debemos iniciar sin cerciorarnos de que tiene salida (puede haber bloques que estén sifonados).

Destrepar o desescalar consiste en descender por zonas más o menos verticales con la ayuda de pies y manos, aplicando para ello técnicas de escalada.

A veces encontraremos toboganes naturales pulidos por los que deslizarse. Son uno de los atractivos de los descensos, y para realizarlos hay que tomar las mismas precauciones que en los saltos. La postura a adoptar será de pies por delante, mirando hacia fuera, con los brazos pegados al pecho y encordándose cuando la inclinación de la pendiente lo requiera.

Los cañones quedan equipados como las vías de escalada, con chapas, cadenas, etc., por lo que el deportista cargará con su material personal. Nunca estará de más llevar material de instalación para equipar algunos tramos inexistentes o deteriorados.

Por la complejidad de esta actividad nunca se deberá iniciar un descenso en solitario sin tener información previa de su situación actual. Existen guías profesionales especializados que pueden orientar al barranquista durante todo el recorrido de descenso.

Foto: dr01d (Flickr).

Algunos consejos de seguridad

  • Para iniciarse en este deporte es importante dirigirse a clubes federados, empresas especializadas o compañías de guías que acrediten su experiencia.
  • Es imprescindible disponer de un seguro de accidentes.
  • Hay que informarse de las predicciones meteorológicas .
  • Lo mejor es comenzar siempre el descenso a una hora temprana e ir en grupos reducidos pues pueden llegar a producirse atascos.
  • Se deben consultar mapas de la zona lo más detallados posibles.
  • Es importante contar con un buen aprendizaje de las diferentes formas de progresión y de la correcta utilización del material.
  • Hay que llevar comida y bebida suficiente.
  • La falta de seguridad es uno de los mayores enemigos.

El material (ropa)

Los equipamientos vienen reforzados con materiales antiabrasivos en las zonas de más deterioro (codos, rodillas y culeras).

  • Traje de neopreno. Protege contra los golpes y proporciona aislamiento térmico y flotabilidad.
  • Escarpines y guantes de neopreno. Los pies y las manos estarán constantemente en contacto con el agua y son las partes del cuerpo que más se enfrían.
  • Calzado. Se recomiendan botas de caña alta para proteger los tobillos.
  • Mochila de tamaño y características según el descenso a realizar.
  • Bidón estanco. Resguarda el equipo y la comida del agua.

Es imprescindible llevar mechero de piedra o gas, manta aluminizada de supervivencia, frontal eléctrico o linterna pequeña, recambio de pilas para la linterna, antorcha de luz o de señales, silbato, navaja o cuchillo y botiquín de primeros auxilios.

Materiales de progresión

  • Arneses. Son necesarios para rapelar. Hay que utilizar los que sean más cómodos y seguros. Existen modelos especiales adaptados a las técnicas y características que se dan en los barrancos.
  • Mosquetones de seguridad.
  • Descendedor. Permite regular nuestra velocidad durante el descenso. El tipo ocho es el más recomendado.
  • Cinta o cabo de anclaje. Instalada siempre en el anclaje del arnés, permiten al usuario asegurarse antes de rapelar y superar los pasamanos.
  • Bloqueadores de ascensión. Son de utilidad si se debe ascender por alguna cuerda.
  • Martillo. Uno por equipo por si nos encontramos con la necesidad de colocar una nueva instalación.
  • Espitador. Junto con el martillo nos permitirá perforar la roca para colocar las chapas o plaquetas que nos permitan instalar las cuerdas para, por ejemplo, rapelar o montar una reunión.
  • Casco. Es imprescindible para el descenso de cañones. Deberá ser un modelo homologado por la U.I.A.A. (Federación Internacional de Montañismo y Escalada).
  • Cuerdas. Son una parte esencial del equipo que permite superar los obstáculos verticales que se presenten durante el descenso. La cuerda estática (de espeleología) que suele utilizarse es de 10 mm de diámetro y su longitud variará según las características del barranco. Hoy en día existen cuerdas hidrófugas que no absorben agua y que reducen el peso de forma considerable. Es importante revisarlas y desenredarlas antes de cada descenso.
Foto: dr01d (Flickr).

Equipo de instalación

Aunque la mayoría de descensos conocidos están bien equipados, es mejor no confiarse plenamente y llevar siempre material que nos permita salir de un apuro y reponer las instalaciones deterioradas al contacto con la intemperie.

Clavos o pitones, empotradores (tascones y biscoins), nudos empotrados, tacos autoperforantes (spits), parabolts o anclajes químicos son los distintos anclajes que se utilizan.

Estacionalidad

Es posible descender barrancos todo el año. La primavera es buena época para aquellos cuyas aguas no procedan del deshielo, aunque debemos tener en cuenta que en zonas de alta montaña el caudal del río será abundante.

En otoño el caudal se verá alimentado por las fuertes y frecuentes lluvias, mientras que durante los meses de verano e invierno será más bajo.

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Web de la Estación Invernal y de Montaña San Isidro
Alto Porma - Alto Curueño (León).
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