Ja, ja, reinnona, la verdad, es que hay muchísima gente, coches, bicis, por todos los lados. Se echaba de menos, la tranquilidad de la montaña.
Y la comida, de verdad, que no tiene nada que ver con lo que ponen aquí en los restaurantes chinos. Era muy buena.
De todas formas, como experiencia, no estuvo nada mal. Repetiría, pero en otra ciudad, para conocer algo más, quizás Hong Kong.